Reflexiones de TradeTankMx sobre sobre la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados unidos y Canadá. Si desea volver al compilado, de click sobre el siguiente enlace: [T-MEC: Perspectivas de cambio]

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no comprometen en ningún sentido a las organizaciones a las que pertenece.


Del TLCAN al T-MEC: Una oportunidad para el comercio de México

 

Por Alcira Gómez Heneidi (ver Bio)

 

En el libre mundo de la hoja en blanco, las opiniones corren en múltiples direcciones y cargadas de toda clase de prejuicios. Hablar del Tratado de Libre Comercio en América del Norte (TLCAN) no ha sido la excepción y desde su origen, hace más de un cuarto de siglo, se ha escrito de todo.

 

Las plumas más juiciosas no han podido dejar apuntar la comparación entre el brillo de las naves industriales que sobresalen en las mesetas de nuestros vecinos del norte y las parcelas polvorosas que, de nuestro lado, no comprenden cómo con la misma semilla, el “compa” del otro lado recoge frutos más grandes en valor y tamaño.

 

Más que la percepción que cada quien pueda tener sobre “lo bueno” y “lo malo” de la relación comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, es importante reconocer que el Tratado modernizado, en vigor a partir del 1 de julio del 2020, es una oportunidad para hacer un balance después de 26 años de cruzar nuestras fronteras con bienes y servicios, en aras no solo de buscar más comercio, sino de hacerlo mejor.

 

En este sentido (ab initio, con la carga propia de prejuicios atañen a la propia autora), el presente texto tiene el objetivo de plantear que el TLCAN 2.0, llamado T-MEC (nombre que también lleva su carga de prejuicios), abre la puerta a reconocer si han existido cambios positivos e identificar el potencial que puede aprovecharse positivamente ante una nueva era comercial.

 

Como punto de partida descarto, de entrada, la idea de que una economía cerrada hubiera sido mejor opción que la apertura comercial que ha experimentado nuestro país a partir del TLCAN de 1994. Y aunque pareciera una obviedad, las tendencias proteccionistas que acaparan una parte importante de los titulares diarios motivan y hacen pertinente la aclaración.

 

Por algo se asume que una prueba de Estado de Derecho en México radica, justamente, en los tratados de libre comercio de los que se es parte y de la participación como Miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) (Zorrilla, 2018).

 

Partiendo entonces de la premisa de que México debe mantener su apertura comercial, lo siguiente que pudiéramos preguntarnos es, si México realmente ha tenido una apertura comercial significativa.

 

Lo primero es más fácil de demostrar que lo segundo. Es decir, identificar la apertura comercial es relativamente sencillo si se observa como indicador la relación de su comercio exterior (importaciones y exportaciones), respecto del producto interno bruto (PIB). Precisamente, el Banco Mundial tiene datos disponibles sobre la participación del comercio en el PIB.[1]

 

Tomando como referencia los años de 1980 (período pre-TLCAN), 1994 (inicio del TLCAN) y 2018 (período actual), se puede confirmar que la participación del comercio en el PIB de México ha aumentado significativamente.

 

Para los efectos de este comparativo, los datos disponibles por país se han separado en cinco quintiles, de forma que el primer quintil (QI) corresponde, para cada año, a la quinta parte de los países cuya participación del comercio es más representativa del PIB. El extremo opuesto es el quintil número cinco (QV), que representa a la quinta parte de los países del mundo con menos proporción del comercio relevante a su producto interno bruto (Fig. 1).

 

Fig. 1: Comparación del comercio como porcentaje del PIB para los países de América del Norte y el promedio mundial

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Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial (2020).

Los valores mínimos y máximos para cada quintil se indican debajo de la referencia a los años 1980, 1994 y 2018. CAN = Canadá; MEX = México, USA = Estados Unidos de América; WLD = Promedio Mundial.

 

Claramente, de las tres economías de la región de América del Norte, la de México es la que cambió de forma más significativa la participación de su comercio exterior respecto del PIB, sobre todo de 1994 a 2018 donde se observa un incremento de 49 puntos porcentuales, avanzando dos niveles al pasar del QV (menor relación comercio/PIB) al QIII. Este incremento es mayor al del promedio mundial.

 

Las economías de los socios comerciales de México no han tenido un cambio tan significativo; se mantienen en el QIV. Desde la entrada en vigor del TLCAN y hasta la fecha, Canadá incrementó apenas un punto porcentual su participación del comercio respecto del PIB, mientras que Estados Unidos lo hizo en 7 puntos porcentuales.

 

Ahora bien, una de esas preguntas que no se ha podido responder del todo, está relacionada con identificar la verdadera contribución del comercio exterior al crecimiento y el desarrollo. Pregunta del millón: ¿Cuál es la contribución real de las exportaciones al producto interno bruto?

 

Los estudios empíricos presentan dificultades para establecer la causalidad entre las exportaciones y el PIB en ambas direcciones. Incluso podría extenderse un debate interminable confrontando los estudios de Anthony Thirlwall y Paul Krugman sobre las diferencias en las tasas de crecimiento de los países en proporción a la demanda de importaciones y exportaciones (Holland, Vilela y Canuto, 2004, p. 48 y 40). Por lo pronto, para los efectos de este texto, será suficiente con tener en mente el concepto general de la teoría de la ventaja comparativa como razón por la que los países participan en el comercio internacional: tomando ventaja de las diferencias en la productividad laboral entre los mismos países (Ricardo, 1817).

 

En este contexto, ante los retos que enfrenta una nueva era de comercio entre los socios de América del Norte, es indispensable reconocer, en los resultados,  a los que han ganado y a los que han batallado en el camino.

 

Las industrias del TLCAN del ‘94

 

La perspectiva generalizada es la que visualiza que las industrias en Estados Unidos y Canadá corresponden a aquellas de mayor valor agregado, mientras que en México nos ocupamos de procesos poco tecnificados o cuya ventaja no puede seguir fundamentándose en bajos salarios y procesos de maquila (Moreno-Brid, Santamaría y Rivas, 2006, p. 113; Castañeda, 2017). Incluso, algunas voces más radicales sostienen que el Tratado y el comercio exterior son los culpables del estancamiento y la desarticulación de las cadenas productivas en México (Cabrera, 2015, p. 94).

 

Diversos autores coinciden en que las industrias que han ganado más con el Tratado son, por ejemplo, la del tequila, la automotriz y aeroespacial, y la de electrónicos y máquinas; mientras que los granos, cárnicos de cerdo y pollo, calzado y juguetes, han quedado relegados para competir (Orihuela, 2014; Redacción BBC, 2014; Villamil, 2017).

 

Por otro lado, además de la disminución de las barreras arancelarias, “el TLCAN incorporó numerosas otras disposiciones, incluidas la inversión extranjera, los derechos de propiedad intelectual, la resolución de disputas y la contratación pública” (Villarreal et al., 2014).

 

Precisamente, uno de los balances positivos se encuentra la inversión extranjera directa (IED) en México, indicador que ha aumentado a lo largo del tiempo. El valor total de 1999 creció una y media veces al cierre del 2019 (punta a punta), y Estados Unidos y Canadá son actualmente dos de los principales países inversionistas.

 

Fig. 2: Inversión extranjera en México. Gráfica con valores anuales de 1999 a 2019 y principales países inversionistas en 1999 y 2019

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Fuente: Elaboración propia con datos de la Secretaría de Economía (2020). Datos abiertos de Inversión Extranjera Directa.

 

Tal capital fue uno de los factores que permitió nuevas formas de producción en México, a partir de que inversionistas extranjeros pudieran establecer negocios en este país para el desarrollo de cadenas de valor en industrias como la automotriz. Según, señalan Nava, et al. (2019), el 65% de las empresas de la industria automotriz mexicana tienen propiedad extranjera.

 

¿Qué ha faltado?

 

La apertura comercial no genera por sí sola el crecimiento y tampoco la inversión extranjera directa es una fórmula mágica para asegurar la transferencia y generación de tecnologías que aumenten la productividad. Más allá de los factores endógenos o exógenos que provocan el desarrollo de un país, hay elementos estructurales que deben estar bien orientados. Por elementos estructurales me refiero, básicamente, a las políticas públicas que busquen fomentar adecuadamente el desarrollo económico.

 

No es de extrañar que, a partir de los cambios estructurales de los finales de los 80’s y los años 90’s, identifiquemos al TLCAN y a la apertura comercial como los factores de cambio más evidentes desde la óptica común. Puede ser por ello que sea fácil ponerles la etiqueta “culpables” de las distorsiones que se observan  hoy en día en los mercados y la forma desigual con la que se distribuyen las rentas. Sin embargo, ¿qué hay de las políticas públicas? ¿Cuáles son las decisiones que ha tomado el gobierno de México para distribuir mejor la riqueza y disminuir las desigualdades en el país? No son preguntas que sean objeto de respuesta de este texto, pero pretenden poner en perspectiva que no todo es culpa de la apertura comercial.

 

Contar con certidumbre en las políticas internas es indispensable para incentivar, o como mínimo no limitar, el crecimiento económico (Banxico, 2019, p. 1). Coincido con una frase que escribe Daniela García (2018) en un artículo comercio internacional: “Se asumió que el libre comercio sería la solución mágica que resolvería todos los problemas, pero la verdad es que no es así, el comercio entre naciones no sustituye a las políticas públicas y al funcionamiento adecuado de las instituciones”.

 

Lo mismo ha señalado la OCDE (2006) desde hace años, pero cuando se trata de, identificar mejores prácticas y modificar el funcionamiento de las políticas nacionales, la búsqueda de la diversificación, investigación y desarrollo de valor agregado, no resulta una tarea tan sencilla.

 

El potencial

 

Las nuevas tecnologías y las organizaciones que enfocan sus actividades en el análisis de la información disponible, permiten tener al alcance de un dispositivo electrónico  portátil el mapeo del potencial exportador de todo un país. Vaya, que basta una conexión internet y un celular o computadora personal para saber qué se exporta y potencial de demanda adicional puede satisfacerse.

 

Como parte de este artículo considero relevante presentar los resultados de la herramienta Export Potential Map del International Trade Centre (ITC).[2]

 

 

Fig. 3: Potencial exportador de México en la región de América del Norte

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Fuente: Export Potential Map del ITC. Mapa de árbol de productos. Consulado el 18 de abril de 2020.

 

La primera conclusión es que el comercio con Estados Unidos y Canadá no está agotado. Prueba fehaciente de ello es que a pesar de las diferencias de caracteres entre los líderes políticos al mando, cuando se dió la negociación de la modernización del Tratado, recibió el apoyo de los tres y, posteriormente, la aprobación de sus órganos legislativos. Evidentemente, porque había un interés: las tres partes saben que hay mercado y hay negocio.

 

Según los datos disponibles del ITC (Fig. 3), los productos con mayor potencial de exportación de México a América del Norte son algunos relacionados con la industria automotriz (como vehículos motorizados, automóviles, partes y accesorios de vehículos), lo que implica que se pueden realizar exportaciones adicionales por un valor de $19.3 bn. de dólares.

 

También, si se observa la parte inferior derecha del mapa, queda disponible la posibilidad de exportar cantidades importantes de productos del sector agrícola. Por ejemplo, actualmente se exporta el 57% de cerveza de malta, quedando disponible una demanda del 43% que pudiera satisfacer México. Lo mismo sucede con otros productos como el aguacate, con un potencial para exportar del 36%.

 

Por otro lado, hay que reconocer que México participa abiertamente en la economía global, con más de una decena de tratados de libre comercio,  su límite no queda en la frontera del Río Bravo.

 

Fig. 4: Potencial exportador de México en otras regiones

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Fuente: Export Potential Map del ITC. Mapa de árbol de mercados. Consulado el 18 de abril de 2020.

 

Sin considerar a Estados Unidos, Canadá y China (este último por razones que pudieran ser objeto de otro análisis), los mercados con mayor potencial para las exportaciones de todos los productos provenientes de México son Bélgica, Argentina, Japón, Colombia, Brasil y Alemania, con una proporción de consumo del 65%, 57%, 55%, 49%, 47% y 43%, respectivamente. En suma, para estos países queda un potencial de exportación disponible equivalente a $15.1 bn. de dólares.

 

Consideraciones finales

 

Es innegable que el contexto económico, tecnológico y social del T-MEC de hoy es mejor que el del TLCAN de 1994. Con la capacidad de ver y analizar dónde estamos después de años de apertura comercial y reconociendo que los cambios estructurales de políticas públicas no suceden de la noche a la mañana, corresponde a México aprovechar la base construida.

 

México se encuentra mucho más integrado los países de América del Norte, pero también más cercano a otras economías. Con las disposiciones de los acuerdos de nueva generación, como el propio T-MEC, el TIPAT[3] y el TLCUEM[4] modernizado, así como menores niveles arancelarios alrededor del mundo, se encuentra abierta la puerta que lleva a la incorporación efectiva a las cadenas globales de valor.

 

Los muros se han caído (aunque algunos intenten levantar nuevas barreras), las comunicaciones se han abierto, las distancias se han reducido, y los procesos se han tecnificado al grado de que la mayor parte del mundo enfrentó una pandemia global continuando sus actividades laborales desde casa. Por definición, una oportunidad hace referencia a lo conveniente de un contexto y a la confluencia de un espacio y un periodo temporal apropiados para obtener un provecho o cumplir un objetivo; por definición, el T-MEC es una oportunidad para más comercio.

 

Pero aún hay más, también es una oportunidad para un mejor comercio. La comunidad internacional ha desarrollado instituciones de cooperación maduras y capaces de dar una visión de conjunto a los problemas compartidos (de nuevo, aunque algunos traten de derrumbarlas). Vivimos el año 2020 con un claro entendimiento de que las sociedades pueden trabajar de forma más comunitaria y sustentable, en una nueva década de del siglo XXI (radicalmente distinta a la que le precedió a principios del siglo pasado) en la que las personas de sexo femenino suman a la productividad con el valor de su trabajo. México no solo puede tener un mayor comercio, sino que este puede ser más integral, de forma que la distribución de los beneficios sea más incluyente, más sustentable y más equitativa.

 

 

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Notas

[1] Comercio (% del PIB). El comercio es la suma de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios medidos como una parte del producto interno bruto. El indicador corresponde a la base de datos de cuentas nacionales del Banco Mundial y archivos de datos de cuentas nacionales de la OCDE.

[2] Export Potential Map (EPM) es una herramienta gratuita que presenta análisis económico del comercio internacional utilizando la ​metodología del potencial de exportación de International Trade Centre (ITC). https://exportpotential.intracen.org/

[3] Tratado de Asociación Transpacífica, que en Inglés se conoce como Comprehensive and Progressive Agreement for Trans-Pacific Partnership (CPTPP).

[4] Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea.

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Referencias:

Banco Mundial (18 de junio de 2020). Indicador de Comercio como porcentaje del PIB para los años 1980, 1994 y 2018. [Base de datos] Recuperado de https://datos.bancomundial.org/indicador/NE.TRD.GNFS.ZS?end=2018&start=1960

Banxico (Mayo 2019). Factores que Podrían Obstaculizar el Crecimiento Económico de México de Acuerdo con la Opinión de Analistas y Representantes de Empresas. Extracto del Informe Trimestral Enero – Marzo 2019, Recuadro 3, pp. 28-30. Recuperado de https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/informes-trimestrales/recuadros/%7BB45DE03F-2B73-6106-153D-F2070FA461F2%7D.pdf

Cabrera, S. (2015). Las reformas en México y el TLCAN. Problemas del desarrollo, 46(180), pp. 77-101. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0301-70362015000100005

Castañeda, D. (24 de febrero de 2017). Ganadores y perdedores de la globalización. Forbes México. Recuperado de https://www.forbes.com.mx/los-paises-ganadores-y-perdedores-de-la-globalizacion/

Export Potential Map (2020). International Trade Centre. Recuperado de https://exportpotential.intracen.org/

García, D. (5 de julio de 2018). ¿Por qué México no es ganador del comercio internacional? Nexos. Recuperado de https://economia.nexos.com.mx/?p=1627

Holland, M., Vilela,  V. y Canuto, O. (enero-marzo, 2004) Economic Growth and the Balance-of-Payments Constraint in Latin America. Investigación Económica, LXIII(247), pp. 45-74. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/pdf/ineco/v63n247/0185-1667-inec. o-63-247-45.pdf

Moreno-Brid, J. C., Santamaría, J. y Rivas J. C. (2006). Manufactura y TLCAN: un camino de luces y sombras. Economía UNAM, 3(8), pp. 95-114. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-952X2006000200006

Nava, K.M., Colín, J., Cañamar, C., Falomir, R. & Garza, J. M. (2019). Renegociación del TLCAN y su efecto en la industria de autopartes en México. Universidad de Concepción. Revista Academia & Negocios, vol. 5, núm. 1, 2019. Recopilado de https://www.redalyc.org/jatsRepo/5608/560860148010/html/index.html#redalyc_560860148010_ref9

Orihuela, G. (1 de febrero de 2014). 20 años del TLCAN: ¿quién ha ganado, quién ha perdido? MAGIS ITESO. Recuperado de https://magis.iteso.mx/content/20-a%C3%B1os-del-tlcan-%C2%BFqui%C3%A9n-ha-ganado-qui%C3%A9n-ha-perdido

Ricardo, D. (1817) On the Principles of Political Economy and Taxation (John Murray, London). In: Sraffa, P., Ed., The Works and Correspondence of David Ricardo, Vol. 1, Cambridge University Press, Cambridge, 1951.

Secretaría de Economía (2020). Datos abiertos de Inversión Extranjera Directa, de 1999 al primer trimestre de 2020. Recuperado de http://www.datos.economia.gob.mx/InversionExtranjera/Flujosportipodeinversion.xls

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