Por  Laura Montes de Oca@laurismont9

El comercio internacional vinculado a la economía circular es imperativo para el futuro. Desde hace años, las consecuencias medioambientales asociadas a una industrialización basada en extraer→ procesar→ consumir→ desechar recursos, son altamente costosas para el medio ambiente.

La economía circular es un modelo económico que no se enfoca en producir más bienes, sino en consumir mediante servicios como compartir, rentar, reciclar, en lugar de poseer (SITRA). Lo anterior, con tres principios en mente: 1) eliminar residuos; 2) preservar el valor y mantener los materiales en uso el mayor tiempo posible; y 3) regenerar los sistemas naturales (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA). 

Una transición hacia la economía circular requiere romper paradigmas arraigados. Por ejemplo, desvincular el crecimiento económico con el uso insostenible de recursos y la contaminación ambiental (PNUMA). Hay muchas formas en que el comercio internacional aportaría a una economía circular, destaco los siguientes instrumentos: 

  • Los acuerdos comerciales multilaterales y regionales. Ayudan a avanzar la agenda. En un reporte del PNUMA se resalta que los acuerdos servirían para: 1) aumentar la coherencia y alinear políticas medioambientales; 2) promover la circularidad y reducir los impactos de extracción por recursos naturales; 3) desarrollar  estándares internacionales y reducir obstáculos a bienes y servicios “verdes”.
  • El comercio de servicios, innovación y tecnologías. Poco se habla de servicios, pero su rol en las cadenas de valor es latente. En un reporte del IISD que entrevista a 96 empresas con modelos de negocios basados en la economía circular, se destaca el rol del comercio de servicios. El diseño de un producto mediante R&D o ecodiseño; el reciclaje, transformación del desecho; su re-manufactura son elementales en una nueva dinámica del comercio internacional. 

 El cambio en el mundo es inevitable, pero su rumbo depende de nosotros. La urgencia latente de la recuperación post-pandemia y el rol del comercio internacional puede y debe ir hacia la sostenibilidad. Los actores involucrados pueden romper paradigmas en distintas formas. Por ejemplo, los gobiernos mediante políticas y acuerdos comerciales, empresas desde sus modelos de negocios, la academia y think tanks con estudios y datos, una sociedad civil informada y con un consumo consciente. Dirigir el comercio internacional hacia una economía circular, justa, y sustentable es posible. ¿Cómo mejoramos su promoción en América Latina? Discutir sobre ello es un primer paso.

 

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