Por María Teresa Quintero Godínez
El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones es un tratado de libre comercio que está siendo negociado por Estados Unidos de América (EUA) y la Unión Europea (UE) desde julio de 2013. Dicho tratado busca la implementación de mecanismos de protección de inversiones, liberalizar los mercados de bienes, servicios e inversiones, así como lograr homologar y armonizar normas, medidas de control y leyes que faciliten el intercambio comercial.
Ambas partes buscan la consecución de este tratado debido a las ventajas que traería consigo, convirtiendo a EUA y a la UE en la mayor zona de libre comercio del mundo, tal y como lo menciona el expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.[1] Muchas son las razones que impulsan la negociación de Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, englobando tanto razones económicas como geopolíticas.
Aun cuando los aranceles aplicados por las dos partes son muy bajos, entre las razones económicas que explican la negociación de este acuerdo se encuentra la creación de una zona económica libre de aranceles y de barreras no arancelarias que fortalezca el intercambio comercial en sectores estratégicos para ambas partes, los cuales abarcan diversas manufacturas y productos agrícolas. En este sentido, el tratado busca centrarse en las medidas no arancelarias debido a que hoy en día éstas representan el mayor obstáculo para el libre comercio.
Actualmente EUA y la UE representan conjuntamente, a nivel mundial, alrededor de la tercera parte del comercio global y más de la mitad del PIB mundial. De igual forma, la UE es el principal inversor en EUA y el segundo proveedor de bienes, mientras que la UE es el segundo destino de las exportaciones de nuestro vecino del norte, y el mayor mercado para las exportaciones de servicios.[2]
De igual manera, se espera que el TTIP sea económicamente beneficioso e incluyente, en tanto que brinda la oportunidad a pequeñas y medianas empresas de obtener beneficios del comercio internacional a partir de diversas facilidades en los trámites y costos que traen consigo los procesos de importación y exportación de bienes y servicios de una región a otra. Asimismo, este desplazamiento no traería beneficios solamente a las empresas sino también a los consumidores ya que el mercado para elegir productos se vería ampliado aumentando la posibilidad de elección mejorando calidad y precios.
De acuerdo con un estudio realizado por el Centre of Economic of Policy Research, este tratado podría representar un aumento permanente del PIB del 0,48% para la UE y un 0,39% para EUA.[3] De igual manera el estudio menciona que la firma del acuerdo traería consigo otros efectos positivos como la creación de nuevos empleos en diversos sectores.
Diversos son los temas discutidos en las rondas de negociaciones del TTIP entre los que podemos mencionar el acceso a mercados, el comercio de bienes y servicios, inversiones, trato nacional en diversos sectores en cuanto a la oferta de servicios, telecomunicaciones, comercio electrónico, contratación pública, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio, aspectos regulatorios, facilitación al comercio y aduanas, propiedad intelectual y mecanismos de solución de controversias.[4]
Como se mencionó, podemos destacar tres aspectos importantes; la eliminación de barreras arancelarias, la armonía regulatoria y los mecanismos de solución de controversias. En cuanto a la armonía regulatoria busca adaptar y converger la normativa existente en EUA y la UE para que no existan así obstáculos adicionales en el intercambio de productos, así mismo la eliminación de barreras arancelarias busca facilitar los procesos de exportación e importación.
Ahora bien, más allá del ámbito económico, existen razones geopolíticas que dan vida a la negociación del TTIP. Durante la segunda mitad del siglo XX EUA y los países de Europa occidental, que después integrarían la UE, afianzaron su rol como principales potencias económicas, políticas e ideológicas. Sin embargo, como resultado del acelerado crecimiento económico presentado en las últimas dos décadas, los reflectores de las relaciones internacionales se han desplazado hacia la región de Asia-Pacífico. El ascenso de China como una potencia económica y comercial representa un contrapeso para la hegemonía occidental, especialmente porque algunos de los principios por lo que se rige se contraponen a los establecidos por las potencias occidentales.
En consecuencia, el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones busca recuperar la hegemonía de Occidente creando el área de libre comercio más grande del mundo para así hacer frente a las potencias asiáticas emergentes y poder seguir teniendo el mayor poder económico y político a nivel internacional.
Es importante destacar de igual manera, que la negociación del TTIP inició durante el mandato del entonces presidente de EUA, Barack Obama, en 2013, durante el periodo de tiempo transcurrido, EUA afrontó un proceso de elecciones en el cual fue designado su actual presidente Donald Trump, quien como bien es conocido, tiene ideologías distintas a las de presidente Obama, motivo por el cual también podrían verse interrumpidos o bloqueados los avances en la negociación.
Otro de las grandes dificultades que afronta la negociación, es el poco apoyo que ha recibido por parte de la sociedad, ya que son muchas las personas que no aceptan que se lleve a cabo, realizado numerosas campañas para evitar que se lleve a un fin. Varios sectores de la sociedad consideran que este tratado supondría debilitar los controles de calidad y seguridad de los productos importados poniendo en riesgo los estándares ya aceptados.
De igual manera se oponen al secretismo que se ha manejado durante las negociaciones ya que lo consideran como una falta grave de transparencia en el proceso. Diversas organizaciones sostienen que la negociación amenaza importantes derechos e intereses sociales adquiridos a través de largas luchas democráticas por parte de la ciudadanía de la UE, de los EUA y del resto del mundo.[6]
El futuro del TTIP es incierto, si bien el tratado podría traer muchos beneficios para las zonas de EUA y UE, como lo sería la gran región comercial que formarían, también podría traer diversas dificultades para las naciones. Lo que sí podemos asegurar es que será un largo proceso y sin duda podrían presentarse más dificultades que afecten las negociaciones, pero bien se podrían formar acuerdos que beneficien a ambas partes.
[1] Bolaños, A. (2015).El País. ¿Qué es el TTIP?https://elpais.com/economia/2015/03/02/actualidad/1425256390_372094.html
[2]Gobierno de España . Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Asociación Transatlántica sobre el Comercio y la Inversión (TTIP) http://www.comercio.gob.es/es-ES/comercio-exterior/politica-comercial/relaciones-bilaterales-union-europea/america/Paginas/Asociacion-Transatlantica-.aspx
[3]Nieves, V. (2015)Los beneficios económicos del TTIP: así será el mayor acuerdo de libre comercio del mundo. Economía hoy.http://www.economiahoy.mx/economia/noticias/7150652/11/15/Los-beneficios-economicos-del-TTIP-asi-sera-el-mayor-acuerdo-de-libre-comercio-del-mundo-.html
[4] Ministerio De Economía Y Competitividad. (2014) Estado De Situación Negociaciones Tras 7º Ronda.http://www.comercio.gob.es/es-ES/comercio-exterior/politica-comercial/relaciones-bilaterales-union-europea/america/PDF/TTIP/150112%20DG%20Estado%20de%20Situaci%C3%B3n%20TTIP.pdf
[5] Ruiz, A; Masllorens, G. Las controversias del TTIP: ¿dificultades irresolubles?http://www.caixabankresearch.com/documents/10180/1507171/36-37%2BDossiers%2B3%2BCAST.pdf
[6]Coordinadora de ONGD España. No al TTIP.https://coordinadoraongd.org/campanas/archivo/no-al-ttip/