Reflexiones de TradeTankMx sobre sobre la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados unidos y Canadá. Si desea volver al compilado, de click sobre el siguiente enlace: [T-MEC: Perspectivas de cambio]

 

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T-MEC, un reto para la industria automotriz

 

 

Por Iliana Camarillo Rojas (ver Bio)

 

Ante la próxima entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), contemplada para el próximo 1 de julio, las empresas de la industria automotriz enfrentarán grandes retos de manera inmediata derivados de los nuevos requisitos que deberán cumplir, si desean continuar teniendo acceso a los beneficios arancelarios.

 

Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los vehículos ligeros y pesados se encontraban sujetos al cumplimiento de un Costo Neto de 62.5% y del 60%, respectivamente. Sin embargo, para alcanzar esta integración se contaba con un criterio muy laxo referente a los materiales no originarios que afectaban este cumplimiento, mejor conocido como “materiales rastreados”, los cuales representaban un universo de autopartes que tenían que cumplir con ciertas condiciones: tenían que ser autopartes listadas en el Anexo 403 del Tratado, ser producidas e importados de fuera de la región y ser incorporadas en la fabricación de un vehículo. Este criterio fue el que permitió a la mayoría de las armadoras establecidas en México alcanzar el porcentaje establecido en el TLCAN y tener acceso a un trato preferencial.

 

Este criterio que fue aplicado desde 1994 y que posicionó a México como un gran productor de vehículos fue duramente cuestionado, por lo que, durante el proceso de la renegociación entre los tres países, el equipo negociador estadounidense presentó varias propuestas para endurecer la regla a cumplir, si es que se quería continuar teniendo acceso a los beneficios del nuevo T-MEC.

 

Disposiciones aplicables a la industria automotriz en el T-MEC

 

Dentro de lo acordado para la industria automotriz, se estableció el aumento del porcentaje de valor de contenido regional (VCR), se eliminó la lista de rastreo para la determinación del valor no originarios, además de establecer restricciones adicionales relacionadas con que algunos de los componentes deberán calificar como originarios, el origen del acero y el aluminio utilizado deberá ser de la región de América del Norte, así como, exigencias relacionadas con el pago de altos salarios relacionados con la manufactura del vehículo y sus autopartes, este último requisito Estados Unidos lo cumple, pero México y Canadá no, por lo cual ambos se verán en la necesidad de redirigir su proveeduría de materiales hacia dicho país.

 

A continuación, se muestra un comparativo entre la diferencia entre el requisito de VCR que los vehículos cumplían al amparo del TLCAN y los diferentes requisitos de origen que deberán cumplir cada tipo de vehículo a la entrada en vigor del T-MEC:

 

 

Los requisitos de VCR y VCL serán aplicables en su totalidad a lo largo de periodos transitorios que permitan a las armadoras de vehículos cumplir de manera paulatina con los requisitos exigibles en el T-MEC.

 

Si bien, los nuevos requisitos que deberá satisfacer la industria automotriz tienen la intención de beneficiar a los 3 países, el reto que México va a enfrentar será el de contar con la proveeduría nacional y regional necesaria para poder cumplirlos, por lo que las empresas armadoras de vehículos deberán realizar un análisis estratégico que los lleve a hacer los ajustes necesarios, sin que estos conlleven un aumento del costo de producción de los vehículos, ya que, en este caso, se harían más competitivas las importaciones, incluso con el pago de los aranceles actuales, o a la caída de las ventas en la región.

 

Si bien México no consiguió un acuerdo nada favorable para sus intereses en lo que se refiere a la industria automotriz, es importante mencionar que, al menos se logró mantener un acuerdo que permitirá continuar exportando y posicionándose como una potencia mundial, en el cual las empresas automotrices deberán realizar acciones a corto plazo que les permitan mantener costos de producción competitivos y estrategias a largo plazo que involucren el desarrollo de cadenas de abastecimiento integrales en la región de América del Norte, que sumen a las pequeñas y medianas empresas, así como a otras industrias relacionadas.

 

En este proceso, el papel del gobierno mexicano será fundamental para la industria, ya que deberá diseñar políticas encaminadas a que la producción de vehículos y de autopartes no se vaya de México hacia los Estados Unidos, pero también deberá enfocar sus esfuerzos a generar un mayor atractivo para que los componentes que hoy se importan de Asia, se empiecen a producir en nuestro país.