Transición energética como nuevo paradigma de desarrollo global

Transición energética como nuevo paradigma de desarrollo global

Por David Ramos | @Dravidrg

El sector energético es uno de los principales motores de desarrollo mundial debido a la estrecha interrelación que tiene con cada una de las actividades económicas, sociales, comerciales y ambientales de cualquier país. 

La pandemia de Covid-19 ha causado una aceleración en los procesos de la transición energética que, naturalmente, se daría para mantener el desarrollo del sector. Dicha transición no se trata del desplazamiento total de las fuentes fósiles, sino de un cambio en la matriz energética, para la creación de un mundo más sostenible en el tiempo. 

La mayoría de los pronósticos publicados después del inicio de la pandemia marcan como un punto de inflexión la disrupción derivada de la pandemia, para el futuro desarrollo en materia energética. A partir de diferentes proyecciones energéticas a 2030 y 2050, se infiere que esta década (2020-2030) será de transición, con objetivos agresivos y materiales por parte de algunas de las mayores compañías petroleras del mundo. 

Las energías limpias se vislumbran como una de las fuentes más relevantes en el futuro próximo y la década de 2020-2030 será la década de la transición para las naciones más desarrolladas, donde muchos de los cambios más fuertes en tecnología, desarrollo e inversión se darán con la finalidad de poder iniciar un desarrollo más sustentable, a partir del 2030.

En materia comercial la implicación de la transición energética será mayúscula, involucrando cambios disruptivos en toda la cadena global de valor, de forma directa e indirecta. Habrá desarrollo de nuevos productos, una movilidad de mercancías y personas menos dependientes de energías fósiles y se sentará la base para el comercio del futuro: un comercio más conectado, más eficiente y con una visión en el desarrollo de largo plazo.

Es importante señalar que la transición final debe ser particular de cada país, debido a que cada uno tiene una historia y desarrollo propios, así como cualidades y recursos que pueden inclinar su matriz energética hacia un lado u otro de la balanza. En el juego global, habrá que ver como las naciones van ajustando sus ventajas comparativas en su intercambio comercial.

Finalmente, el entendimiento de las características particulares de los sectores energéticos de los países menos desarrollados es clave para comprender que sus calendarios de transición deberían estar desfasados respecto a los países más desarrollados y evitar aplicar políticas y sanciones en el camino de la transición en favor de los intereses de los principales actores globales.

 

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